El terrorífico relato de un guardia nocturno: "Tiraban cosas, se oían risas, yo rezaba..." | Nuevo Diario Web | Santiago del Estero

2022-09-11 04:57:24 By : Mr. Grant Liu

Mauro es un guardia nocturno que en uno de sus incontables turnos vivió una terrorífica experiencia, y es que se topó accidentalmente con brujería y comenzaron a ocurrirle cosas estremecedoras. A continuación, su relato.

“Saludos, mi nombre es Mauro y hace algunos años trabajé para una empresa de seguridad en la nueva traza de la ruta 38 Monteros - Famaillá, sobre la ruta 325 que sale a Monteros”, comienza.

“En un terraplén alto con paso cañero dejaron una máquina motoniveladora para cuidar durante la noche, y yo llegué a tomar mi turno a las 23 hs. Había ido en mi automóvil, fui preparado con una linterna, un termo y mate para pasar la noche. Con el correr de las horas el frío se hizo intenso, por lo que me quedé dentro de auto”, cuenta.

“Pasadas la 1:30 de la mañana, me bajé para estirar las piernas. Linterna en mano, caminé un poco por el lugar. A unos metros de donde estaba había un árbol (pacará) en donde vi velas encendidas. Me acerqué a ver y lo que hallé fue una brujería. Me di cuenta por los elementos que allí había. Quedé helado y en silencio me volví, cuando de golpe sentí que algo pesado zapateaba en el techo de la máquina”, detalla.

“Del miedo cerré los ojos y comencé a escuchar una risa terrorífica de una mujer, como burlándose. Miraba e iluminaba para todas partes con la linterna, no había casas cerca y me hablaba a mí mismo ante esa situación. Los segundos pasaban, fui y me metí en el auto a resguardarme porque tuve miedo. Tenía la sensación de que había algo afuera cuando de repente me movieron el auto fuertemente, y miré para todos lados, pero solo había oscuridad”, relata.

“Arranqué el automóvil y encaré para Monteros, no quería quedarme ahí, pero me di vuelta pasando un puente antes de llegar a la ruta 38. A todo esto, ya eran las 2 AM y tenía que quedarme como sea a cuidar esa máquina. Volví, me bajé y saqué un rosario que tenía colgado en el espejo retrovisor de mi auto. Fue allí cuando sentí como si tiraran piedras pegándole a la máquina y muchos ruidos a mi alrededor como si corrieran alrededor mío”, narra.

“En voz alta me puse a rezar levantando el rosario en mi mano y escuché un grito desgarrador atrás mío que me hizo temblar. Después de eso, recé un poco más, me metí en el auto a escuchar la radio y la noche se calmó. Me retire del lugar cuando llegó el primer operario pero esa experiencia nunca la olvidé”, cierra Mauro.

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