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La Sección Fiscal y de Fronteras de la Guardia Civil detuvo este viernes en torno a las siete de la tarde a un pasajero que accedió a la zona restringida de seguridad del aeropuerto de Bilbao y agredió a los vigilantes. Según ha informado el instituto armado en una nota, el incidente se produjo cuando esta persona, que venía de un festival y admitió haber tomado drogas, se cansó de «cumplir las normas» y cruzó los arcos de seguridad sin depositar sus pertenencias en la cinta del escáner, sin guardar la fila correspondiente y molestando al resto de usuarios.
Los agentes, requeridos por el personal del aeropuerto, le informaron de que había cometido una «infracción administrativa» y le advirtieron que debía cruzar los controles correctamente para poder coger el vuelo de regreso a su casa. El varón, «alterado» y mostrando «síntomas» de haber consumido sustancias estupefacientes, se negó a identificarse, les comunicó que estaba «harto de cumplir normas» y amenazó con que volaría «sí o sí» aunque tuviera que «pasar por encima de todos si no se lo permitían».
Consiguieron calmarle con la ayuda de un familiar y fue dirigido hacia las dependencias de la Guardia Civil. Entonces, de forma repentina, «se dio la vuelta» y comenzó a correr hacia los arcos de seguridad para intentar rebasarlos de nuevo. Se interpusieron en su camino dos vigilantes -que sufrieron varias lesiones- y dos agentes para retenerlo, a lo que respondió con golpes, patadas y manotazos. Los uniformados procedieron a su arresto y solicitaron asistencia médica debido a sus «actos irracionales» y a las «alucinaciones que sufría». Además de perder el vuelo, el joven se enfrenta a un delito de resistencia grave y desobediencia y a una infracción de la Ley de Seguridad Aérea, que recoge que la entrada a las zonas restringidas en el control de acceso contempla sanciones de hasta 45.000 euros.