El futuro será disruptivo en muchos sentidos y eso afectará inevitablemente a la logística, la paquetería y el comercio, cambiando la forma en que se realizan las transacciones, pero también las comunicaciones y la sociedad en general.
El mejor ejemplo puede ser esta caja de paquetería de drones, una tecnología aún en desarrollo y revolucionaria en su concepto pero que aún ofrece varias dudas sobre su procedimiento. Ahí es donde entra este buzón automático. Es una especie de caja rectangular reforzada, pero de tamaño similar a los buzones de cualquier calle de cualquier ciudad. Sin embargo, contará con un aporte masivo de tecnología, necesario para completar el proceso que comenzará, por ejemplo, con una compra vía Internet.
Será necesaria una vez más una aplicación web, para notificarnos que el paquete llega por vía aérea transportado por drone a nuestro domicilio, empresa o punto de recepción. El dron, ya en las inmediaciones de ese punto, establece contacto inalámbrico con el buzón para recibir las coordenadas GPS exactas de su ubicación. Una vez recibido, envía un código seguro mediante encriptación para que el buzón abra la puerta superior corredera y motorizada. El dron deposita su caja mediante un cable con cabestrillo que baja hasta el interior del buzón. El dron recoge dicho cable una vez que se ha descargado el paquete y el buzón cierra su puerta.
Pero no todo acaba ahí, ya que la empresa DroneDek, que está desarrollando este invento, ha pensado todas sus facetas de forma muy inteligente. Por ejemplo, insistiendo en la seguridad, una minicámara con una linterna dentro del buzón podría ofrecer imágenes a la persona que está esperando para verificar que el correo ha sido recibido. Pero aún más, el buzón se puede refrigerar por si vamos a necesitar comida y queremos evitar que se eche a perder en los días calurosos o mantenerlo caliente en los días fríos. O también, si se prevé la recepción de medicamentos que lo necesiten, como solución ideal para hospitales o dispensarios médicos en lugares apartados o para evitar atascos en la ciudad. En caso de que al dron le faltara batería, podría posarse en la parte superior del buzón para realizar una carga inalámbrica que le permitiera regresar a su puerto de origen.
Los ingenieros de DroneDek también han pensado en escenarios de seguridad física. Por ejemplo, el buzón puede tener sensores y escáneres que localizan rastros de armas explosivas o peligros biológicos y notifican a los destinatarios de dichos paquetes (o incluso a las autoridades). También es posible instalar dispositivos de esterilización para eliminar virus y bacterias de sus superficies.
Lo mejor es que este mismo buzón puede tener la ranura de correo típica del cartero tradicional o puede ser utilizado en todas sus aplicaciones por mensajería terrestre de forma similar. Los paquetes solo pueden ser recogidos por el usuario a través de una puerta vertical que solo se abrirá mediante un escáner biométrico integrado, una contraseña numérica preestablecida o un código enviado desde la aplicación en nuestro teléfono.
Según sus creadores, el buzón de DroneDek comenzará a venderse en Estados Unidos -su base está en Indianápolis, capital del estado de Indiana- a partir del próximo año, aunque de momento no han fijado un precio definitivo para su producto. .
Debido a sus capacidades, las posibilidades comerciales de este DroneDek u otros buzones de correo similares son enormes. Sus aplicaciones no solo se adaptan al envío de paquetes con fines industriales o comerciales, sino también para el comercio a particulares, por lo que su potencial de crecimiento es enorme. Siempre, eso sí, que la navegación aérea con drones está regulada y legalmente permitida. Por ello, es muy posible que este sistema empiece a ser testeado en aplicaciones militares, sanitarias e industriales, aunque es muy posible que también acabe formando parte de nuestro día a día en no demasiados años.