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Laredanos y turistas se sorprendieron ayer con el inicio de las patrullas a caballo de la Guardia Civil. Una presencia que pilló a la mayoría en fuera de juego, a pesar de haberse anunciado semanas atrás desde el Gobierno de Cantabria. Se trata de efectivos del Escuadrón de Caballería de la Guardia Civil integrados en la Agrupación de Reserva y Seguridad (ARS).
Estos jinetes y sus monturas se incorporaron este jueves en el dispositivo especial que conforma el llamado Plan de Turismo Seguro, habilitado en Laredo por la Delegación del Gobierno en Cantabria y la 13ª Zona de la Guardia Civil, con el objetivo de reforzar las actuaciones en materia de seguridad que, junto al benemérito instituto, desarrolla habitualmente en el marco de sus competencias, la Policía Local.
Estos refuerzos periódicos, a los que puntualmente se vendrán sumando otras unidades operativas de la Guardia Civil, caso de la USECIC (Unidad de Seguridad Ciudadana), Sector de Tráfico, SEPRONA (Servicio de Protección de la Naturaleza), GEAS (Grupo Especial de Actividades Subacuáticas) o los servicios cinológico y aéreo que se prolongarán hasta el 30 de septiembre, trabajarán en colaboración y coordinación con la Policía Local de nuestro ayuntamiento para aumentar y reforzar los dispositivos de control y vigilancia en el término municipal.
En cuanto a las reacciones ciudadanas, la sorpresa inicial dio lugar al ingenio. El chascarrillo más recurrente fue el que hacía referencia al escandaloso precio de los combustibles, que habría llevado a la Guardia Civil a optar por los caballos como una forma de movilidad más sostenible y menos onerosa. También hubo quien reaccionó de una forma más crítica, expresando su queja por el rastro que dejaban los caballos a su paso. Una toma de contacto en un atardecer de San Juan en el que recorrieron la bajada del alto de Laredo y la zona del Puerto, así como las inmediaciones del Túnel, antes de regresar a su base operativa.